Una ventaja clave de las pilas alcalinas es su tasa de autodescarga extremadamente baja, lo que garantiza que permanezcan listas para su uso incluso después de un almacenamiento prolongado. Cuando se almacenan en condiciones óptimas (ambientes frescos y secos), las pilas alcalinas pierden sólo entre un 5 y un 10% de su carga al año, en comparación con las pilas de NiMH que pierden esa cantidad en cuestión de semanas. Esto los convierte en una opción ideal para los kits de preparación para emergencias, donde las baterías pueden permanecer sin uso durante meses o años pero necesitan funcionar inmediatamente durante cortes de energía o desastres naturales. Artículos como radios de emergencia, linternas y dispositivos de alerta meteorológica dependen de esta preparación a largo plazo, y las baterías alcalinas brindan energía constante cuando estas herramientas críticas más se necesitan. Para las empresas que mantienen un inventario de baterías para el mantenimiento de equipos, la baja tasa de autodescarga reduce el desperdicio de existencias caducadas, ya que las baterías alcalinas siguen siendo viables durante años. Incluso para artículos cotidianos que se usan de manera intermitente, como decoraciones de temporada o controles remotos de respaldo, las baterías alcalinas garantizan un rendimiento confiable sin necesidad de reemplazos frecuentes. Su capacidad de permanecer cargados a lo largo del tiempo añade una capa de comodidad y seguridad para todos los usuarios.
