La seguridad está diseñada en cada capa de nuestras baterías de botón de litio y manganeso, con protecciones multifacéticas que abordan las preocupaciones más apremiantes tanto de los consumidores como de los usuarios industriales. La robusta carcasa exterior de acero inoxidable proporciona una sólida resistencia al impacto físico, la corrosión y la presión, mientras que los anillos de sellado mecanizados con precisión crean una barrera impenetrable contra las fugas de electrolitos, un problema común que puede dañar irreparablemente componentes sensibles de dispositivos como placas de circuitos y sensores. Más allá de la protección básica, integramos aditivos de electrolitos retardantes de llama desarrollados a través de investigación de materiales avanzados, que suprimen los riesgos de combustión incluso en escenarios extremos como exposición a altas temperaturas (+85 ℃) o cortocircuitos accidentales. Cada batería se somete a una serie de pruebas rigurosas durante la producción, que incluyen pruebas de presión de 72 horas a 1,5 veces la presión de funcionamiento estándar, simulaciones de cortocircuito de 100 ciclos y pruebas de choque térmico que abarcan -40 ℃ a +85 ℃, todo ello en cumplimiento de estándares de seguridad globales como UL 1642 e IEC 60086. Para dispositivos utilizados muy cerca de los usuarios, como audífonos, juguetes electrónicos para niños y dispositivos médicos personales, este diseño de seguridad es particularmente crítico.
La formulación de electrolitos no tóxicos elimina los riesgos de quemaduras químicas, mientras que la química estable de litio-manganeso (con una seguridad comparable a la de las baterías de fosfato de hierro y litio) minimiza los riesgos de fuga térmica. Con estas medidas de seguridad, los usuarios obtienen una tranquilidad incomparable al saber que sus dispositivos y su entorno están protegidos.