La responsabilidad ambiental está integrada en cada aspecto del diseño de nuestras baterías de carbono-zinc, alineándose con los estándares globales de sustentabilidad y la conciencia ecológica del consumidor. A diferencia de las tecnologías de baterías más antiguas que contienen mercurio o cadmio, nuestras celdas de carbono y zinc se fabrican sin estos metales pesados tóxicos, cumpliendo con regulaciones internacionales como la Directiva RoHS de la UE y los estándares de reciclaje de baterías de China. Esto elimina los riesgos de contaminación nociva durante el uso y la eliminación, lo que permite que las baterías se descarten de forma segura en los sistemas de residuos municipales en la mayoría de las regiones (o se reciclen a través de programas específicos de recolección de baterías). Los materiales utilizados en nuestras baterías, incluidos el zinc, el manganeso y el acero, son altamente reciclables y nos asociamos con instalaciones de reciclaje para recuperar metales valiosos y reutilizarlos en la producción de baterías nuevas. Nuestros procesos de fabricación también priorizan la eficiencia energética, con líneas de producción automatizadas que minimizan los residuos y las emisiones de carbono. Incluso el embalaje de nuestras baterías utiliza papel y plástico reciclados, lo que reduce aún más el impacto medioambiental. Para los consumidores y empresas con conciencia ecológica que buscan reducir su huella de carbono, nuestras baterías de carbono-zinc ofrecen una solución de energía responsable que no compromete el rendimiento ni la asequibilidad.
