Nuestras baterías de botón de litio y manganeso están diseñadas para funcionar en entornos de temperaturas extremas y ofrecen un rendimiento constante donde fallan las baterías estándar. Probados rigurosamente para funcionar de manera confiable en un rango de temperatura de -20 ℃ a +70 ℃ (y en variantes especializadas, de -40 ℃ a +85 ℃), superan a las alternativas alcalinas y de óxido de plata que generalmente fallan por debajo de 0 ℃ o por encima de 60 ℃. El secreto radica en nuestra formulación de electrolitos optimizada, que resiste la cristalización en condiciones de congelación y la degradación térmica en condiciones de alta temperatura, lo que garantiza una salida de voltaje estable independientemente del estrés ambiental.
En escenarios de clima frío, como la alimentación de indicadores LED en gafas de esquí, etiquetas de seguimiento de vida silvestre en regiones polares o termómetros exteriores durante el invierno, estas baterías mantienen más del 75 % de su capacidad nominal a -20 ℃, una mejora del 50 % con respecto a las baterías de botón convencionales. En aplicaciones de alto calor, incluidos paneles de control industrial en instalaciones de fabricación, llaveros de automóviles que se dejan expuestos a la luz solar directa y medidores inteligentes instalados en regiones desérticas, previenen la caída de voltaje y la rotura de materiales que causan fallas prematuras. Esta resiliencia a la temperatura se ve reforzada aún más por la estabilidad térmica de los cátodos de óxido de litio y manganeso, que evitan la degradación estructural común en otras sustancias químicas basadas en litio en condiciones extremas. Para los usuarios que dependen de dispositivos en entornos impredecibles (desde obras de construcción hasta aventuras al aire libre), esta confiabilidad hace que nuestras baterías sean una opción indispensable.
